Crianza, OPINIÓN

¿Educar con perspectiva de género?

Hoy se habla mucho sobre la igualdad de género y sobre cómo educar a nuestros hijos teniendo en cuenta la perspectiva de género pero, ¿realmente les educamos siguiendo esta premisa?

La idea de hacer este post surgió un día, hace ya algunos meses, en que acompañé a mi hija (de 4 años recién cumplidos) al baño de una cafetería. La niña se dirigió muy decidida al baño de hombres, señalizado con su correspondiente pictograma, a lo que yo le dije: «no cariño, ese es el baño de chicos, nosotras vamos al de chicas». Pero ella no lo tenía nada claro y con lógica aplastante me rebatió: «no mamá, tú y yo no llevamos falda como el muñequito de la puerta del baño de chicas, así que tenemos que ir al del muñequito que lleva pantalones». Y ¿qué contestas a eso?
La cosa derivó en un monográfico de 5 minutos frente a la puerta del baño explicando que las chicas podemos llevar falda o pantalones y, a fin de cuentas, los chicos también, pero que no es obligatorio y no nos representa, solo es un estereotipo de género. Finalmente logré convencerla y entendió que siempre tiene que ir al baño del muñequito con falda la lleve o no (y pensar que en otros países que nos llevan la delantera en estos temas ya ni siquiera hay segregación en los baños).

Me quedé muy pensativa aquel día y empecé a hacer un poco de autocrítica. Me di cuenta de que el rol de género está ahí y va calando poco a poco en hombres y mujeres sin darnos cuenta desde que somos niños. ¿Tenemos interiorizadas una serie de actitudes, convenciones sociales, estereotipos…que entendemos que nos representan por nuestro género? He llegado a la conclusión de que sí, aunque no lo creía en un principio. Por ejemplo yo tenía muy interiorizado que los cambiadores para bebés siempre están en el baño de señoras y no me cuestionaba el por qué, pero no me había parado a pensar que es así porque es a nosotras a quienes la sociedad adjudica el cuidado de los bebés por nuestro rol hasta que fui madre. De ahí surgen problemas como el del «techo de cristal» o el sentimiento de culpabilidad de algunas madres que desarrollan sus carreras profesionales.

Es difícil educar teniendo en cuenta la perspectiva de género; lo cierto es que todos irremediablemente repetimos los modelos que vemos en nuestra casa (no siempre pero es algo muy habitual y lógico) y lo primero que podríamos llevar a cabo para educar a nuestros hijos con perspectiva de género es ser coherentes en nuestro día a día en lo relativo a estos temas.

He estado recabando información sobre cosas que podemos hacer como padres para educar con perspectiva  de género:

Lo principal es dar ejemplo en casa siendo corresponsables (muchos expertos coinciden en que la mejor forma de inculcar buenos hábitos a los niños es predicar con el ejemplo). Reconozco que con la vorágine  en la que estamos sumidos los padres diariamente a veces es difícil llevar a cabo la corresponsabilidad y estamos tan cansados que nos limitamos a cumplir con lo básico.

Otra cosa que podemos hacer es incentivar juegos y libros no sexistas que perpetúan los roles tradicionales. En mi opinión esto ya se está haciendo en la mayoría de hogares que conozco.
Me han gustado mucho 2 álbumes ilustrados que tratan este tema:

 «Las princesas también se tiran pedos»
Escrito por Ilan Brenman e ilustrado por Ionit Zilberman de la editorial Algar.
Narra la historia de una niña que no sabe si las princesas se tiran pedos y se lo pregunta a su padre al volver del colegio. Este ejemplo permite explicar perfectamente lo que es un estereotipo y un rol de género a los niños y hacerles reflexionar sobre ello.

«¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?»
Escrito por Raquel Díaz Reguera en 2010 de Thule ediciones este álbum ilustrado ha sido todo un éxito de ventas. Narra la historia de una princesa que se aburre besando sapos para encontrar a su príncipe azul y prefiere vivir aventuras y montar en dragón. Es muy divertido y las ilustraciones son mágicas.

 En mi casa, donde hay niño y niña ambos comparten los mismos juguetes y libros; cada uno muestra más predilección por unos juegos que por otros sin que nadie interfiera ni opine al respecto. Lo mismo sucede con los cuentos; actualmente los escritores tienen mucha sensibilidad con estos temas y está claro que plasman en sus historias cómo va evolucionando la sociedad. Solo hay que ver los cuentos clásicos que leíamos las madres actuales cuando éramos pequeñas. Invito a todo el mundo a que recupere del baúl de los recuerdos estas historias y las vuelva a leer porque yo me he llevado alguna que otra sorpresa. Mi libro favorito era una recopilación de cuentos llamada «Princesas», cuyas protagonistas eran siempre jóvenes hacendosas, guapas, obedientes y abnegadas; les sucedían múltiples desgracias pero finalmente se consideraban afortunadas porque un príncipe o rey se fijaba en ellas para llevarlas a palacio y a mí me parecía estupendo. Personalmente no estoy de acuerdo en desterrar completamente estos cuentos de nuestras bibliotecas porque al fin y al cabo forman parte de nuestra historia y nos pueden dar perspectiva; también es interesante leerlos con los niños y comentar con ellos cómo son y cómo se comportan los personajes.

Aquí os dejo un link del Ministerio de Presidencia en el que se recogen varios vídeos que hablan sobre el techo de cristal y su repercusión: http://www.igualdadenlaempresa.es/enlaces/videoteca/home.htm

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