
Últimamente estoy oyendo hablar mucho del rincón de la calma para niños y de sus beneficios, así que he decidido crear uno en casa y explicaros cómo funciona.
Este espacio es un lugar que se puede crear en casa y/o en el colegio y es una estrategia de mindfullness infantil. Los niños, sobre todo en la etapa de infantil, no saben distinguir todavía sus emociones con precisión; el rincón de la calma les ayuda a auto-regularse y es ideal para que aprendan a gestionar sus rabietas de forma autónoma. Otras formas de llamarlo son el rincón de la regulación emocional o el rincón de las emociones; la mesa de la paz es una variante de este rincón en la que se incluyen elementos para ayudar a resolver conflictos.
Los niños pueden utilizarlo cuando:
- Se sienten frustrados o irritados
- no saben qué les pasa
- necesitan estar solos
- se sienten tristes
- desean solucionar conflictos entre ellos
Los pasos para crearlo son los siguientes:
- Elegir los materiales: en mi caso elegí su muñeca favorita, un juego de café de juguete, varios cojines, materiales para dibujar, el libro de El monstruo de colores, dos de sus libros favoritos y el mítico frasco de la calma de María Montessori. Este frasco no es solo para los niños, está pensado para que lo utilicen padres e hijos a partir de dos años de manera conjunta para relajarse. No debe ser concebido como un castigo o una obligación, en cuyo caso no cumplirá con su objetivo.
- Una presentación explicando su función, condiciones y uso. En los colegios también se propone plasmar todo esto en un papel y establecer una serie de normas de uso, como por ejemplo definir el número máximo de alumnos que puede haber en el rincón de la calma.
- Votar para elegir su nombre: En nuestro caso, el nombre elegido es «el corral»
- Celebrar su creación con alguna actividad divertida: hemos cenado pizza hecha por nosotros.
Hay que señalar que este rincón no es un sitio al que ir obligatoriamente cuando se tiene una rabieta o un berrinche; el niño debe ser autónomo para decidir si quiere estar allí para calmarse o prefiere quedarse donde está.
Materiales necesarios para fabricar un frasco de la calma
- Un frasco de cristal o de plástico
- Purpurina (lo ideal es usar tonos claros que son más relajantes
- Pegamento glitter o transparente
- Agua templada del grifo
- Colorante alimentario para darle color al agua
- Una cuchara sopera y otra de postre.

Lo hemos puesto en marcha este fin de semana y he de decir que todavía estamos en fase de adaptación. Mis hijos todavía no tienen muy claro qué es eso de «irse allí a relajarse» así que tengo que proponerlo yo cuando tienen rabietas. Han aceptado ir algunas veces y otras he ido con ellos y me he quedado a su lado observando. No he conseguido todavía ni una vez que vayan al corral a resolver sus conflictos pero no me rindo.
En conclusión este espacio me parece una buena idea para que padres e hijos aprendamos a canalizar mejor nuestras emociones y a los niños seguro que les va a aportar autonomía a la hora de gestionar un berrinche, una rabieta o un conflicto.